jueves, 19 de marzo de 2015

CARTA DE AMOR PAYASA


¡Ay! No sé cómo empezar ésta carta, estoy a punto de no empezarla y empezar por otro lado, pero ya que estoy, pues adelante, empiezo. Y es que esto me pasa por la vergüenza que me da decir lo que quiero decir. Quiero escribir esta carta de amor para que sepas lo que te quiero… ¡Ahhggg! ¡Ya lo he dicho! Me ruborizo, me retuerzo, me recomo las uñas otra vez, ya asoma el hueso, jiji y no lo noto, jojo…
Desde que te vi aparecer por el pasillo del hospital con ese garbo tan tuyo, con esa expresión de dónde está el aseo, con esa mirada colgada de un esparadrapo… ¡Ay! A partir de aquél día mi vida se convirtió en otra vida, quiero decir que muté, que cuando aparecías ya no me pasaba la saliva por la garganta, que hablaba en lenguas, que el oído me supuraba spaguetti a la carbonara cuando oía hablar de ti…
Pero el día más grande llegó cuando estrechamos narices… ¡Ay! Fue amor al primer moco, con esa nariz tuya, tan roja, pegada a la mía, tan roja también… ¡Ay!
Y ahora no sé qué más hacer por ti. Ya sabes que te presto todo lo que llevo en mi maleta, menos la gominola, que ya está chupada. Cuando leas esta carta ya estaré con los zapatones en la lámpara, soñando con tu sombrero. Y si por casualidad quieres intercambiar algo solo tienes que silbar.

Bueno, ya lo sabes, declaro mi amor infinito for you… ¡Ay!


miércoles, 11 de marzo de 2015

LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS SE LO CREEN TODO


Desde que nacen los niños aprenden a imitar, está en juego su supervivencia, así que imitarán lo que ven a su alrededor, copiarán modelos de esos seres que le satisfacen sus deseos tanto físicos como psíquicos: sus padres, o quien haya realizado esta labor, si por broma pesada del destino, no les ha “tocado” crecer y desarrollarse con padres de verdad. Y bajo éste prisma irá percibiendo el mundo, las palabras que ellos usen serán palabra de santo para el pequeño y se incrustarán en su inconsciente de una forma indeleble, sobre todo si van reforzadas por estímulos sensoriales (¡eres tonto! y zas, cachete). Cuando lo valoren, cuando lo juzguen, cuando opinen de otras personas, cuando emitan su veredicto sobre cualquier cosa que ocurra en el día a día…todo quedará grabado. Y con la marca de la verdad. Lo ha dicho mi padre, o mi madre. La imaginación del niño es portentosa, en las primeras etapas no distingue la realidad de la fantasía y, por otra parte, es lógico, acaba de llegar a éste mundo que se vive a través de los sentidos y aún no le ha dado tiempo a experimentar lo suficiente como para comparar y sacar conclusiones.

De ahí la importancia tan grande de lo que decimos y hacemos con los niños y niñas, de ahí también la importancia tan grande de cuidarnos, aceptarnos, curarnos para poder transmitir algo que haga que los más pequeños entren en la vida con la mirada limpia, alegre, confiada y deseosa de nuevas y mejores experiencias. Es que se lo creen todo y así ha de ser.


miércoles, 4 de marzo de 2015

LOS SIETE CABRITILLOS, SIEMPRE EL NÚMERO SIETE


En los cuentos aparecen los números con un rigor mágico que nos hace vibrar inconscientemente. El 3, el 4, el 7…
Son siete los cabritillos, siete los enanitos del bosque, siete las montañas mágicas, siete puertas para acceder al misterio, siete días tiene la semana, siete los colores del arco iris, las notas musicales, los chacras… El siete aparece y vuelve a aparecer para dibujarnos un mapa de los arquetipos, de nuestra psique, del proceso de construcción de nuestro yo, para marcar el guión existencial de nuestra vida. Los cuentos, esos monumentos de la humanidad, nos guían a través del bosque de la creación de nuestra vida y nos dan pautas para vivir y adaptarnos al medio que nos acoge. Todo confabula para que sepamos crecer con dignidad, claridad y belleza interior.
El cuento de los siete cabritillos, en el que ahora estamos enfrascados para el próximo montaje, es el primer paso que ha de dar el infante, el héroe en la terminología de Jung. Acaba de nacer y ya se tiene que enfrentar al tiempo (el reloj donde se esconde, bella imagen), ya tiene que entender que esto va de otra cosa diferente a cuando estaba dentro de su mamá, que hay que enfrentar la vida desde la separación, ya no hay unidad, todo es dualidad y el lobo te puede comer si tu mamá no está, porque es astuto y su presencia enseña que hay que espabilar para no acabar en su panza. La evolución se ha puesto en marcha, no hay vuelta atrás. El tictac nos predice que habrá un final.

Y en esas estamos, corriendo, dando topetazos, haciendo el cabrito para que los niños y niñas que vengan a vernos disfruten de tan sencillo cuento con tan profunda simbología. Y juntos vamos creciendo.