Erase una vez una
pequeña princesa que vivía en un palacio con su familia. Era una niña muy
alegre y feliz, pues sus padres la querían muchísimo. Durante el día, iba al
colegio y jugaba con sus amigos, y al llegar la noche se acostaba a dormir…
bueno, a dormir…a dormir no, porque la princesa, tenía unas pesadillas
terribles, que no la dejaban cerrar los ojos.
Este es el problema al que se enfrenta la princesa Pocosueño.
Por qué no consigue dormir es un misterio para todos… bueno, para casi todos.
Sus padres, o lo que es lo mismo, los artistas de Periferia Teatro, encargados
de darle vida en cada función, saben algo del tema: “La princesa sueña con monstruos muy grandes”, nos revelan. Algo que
no le pasa sólo a Pocosueño. Los monstruos forman parte del imaginario de todos
los niños, y demasiado amenudo aparecen en sus sueños… Mariso García, directora de la compañía, nos ha contado por qué pasa esto, y cómo la experiencia de
Pocosueño puede echarles una mano…
¿Creéis que las pesadillas reflejan nuestros miedos más
ocultos?
Las pesadillas, como
las de Pocosueño, son un reflejo de nuestros miedos, de aquellos que nos
impiden crecer y hacernos “mayores”.
En el caso de Pocosueño, sus padres llaman a un guerrero, e
incluso a un sabio para vencer las pesadillas, pero no lo consiguen...
¿Significa eso que los miedos sólo pueden ser vencidos por uno mismo?
Si, los monstruos de
cada persona son diferentes y personales, solo podemos vencerlos nosotros mismos.
¿Qué le enseña esta historia a los niños?
Que hasta de los miedos
más profundos nos pueden llegar a dar risa.
El Teatro tiene esa magia. A través del teatro de títeres, los niños y
niñas viven lo que le está sucediendo a la protagonista y de esta manera pueden
exteriorizar sus sentimientos en público o en el ámbito familiar.
¿Creéis que los pequeños espectadores llegan a identificarse
con los personajes?
Sí, sobre todo se
identifican con la protagonista, y de hecho ellos, los niños, le ayudan
activamente a superar el miedo.
Eso dará pie a muchísimas anécdotas en cada función…
Pues… más de una vez al
acabar el espectáculo, cuando salimos con los muñecos a saludar y hablar con el
público, se ha acercado algún niño o niña y le ha contado directamente a la
marioneta como consiguió él o ella, dormir solo en su habitación. Es muy bueno
escucharlos, primero porque así vemos como vivieron ellos y ellas su
experiencia con el miedo, y segundo porque aunque el titiritero está a la
vista, no hablan con él, hablan con la marioneta y a ella le cuentan sus
experiencias sin pudor y sin pelos en la lengua.
Eso significa que sí consiguen meterse de lleno en la
historia. Una historia, una función, con la que ya habéis recogido varios premios … ¿por
qué creéis que es tan especial?
Pocosueño ha recibido
el premio al mejor espectáculo de títeres en FETEN (Feria Europea de Teatro
para niños y niñas), y también el de mejor propuesta plástica en el Festival
Internacional de Marionetas A la Vall D´Albaida. Pensamos que gusta a los
niños por la puesta en escena, la música, las marionetas y sobre todo porque
habla de un tema propio de su universo, algo que buscamos en los espectáculos
que creamos. Intentamos siempre crear una dramaturgia propia del universo
infantil y con la que los pequeños de la casa se puedan identificar. Los niños
y niñas enseguida acompañan a la protagonista en su aventura, aunque estos
monstruos tan especiales de Pocosueño, a ellos, no les den nada de miedo.
A los niños les gusta cuando lo ven, pero para eso hace
falta que los padres los lleven al teatro. Y esto no siempre es fácil, porque
muchos adultos piensan que llevar a un niño que no supera los 6 ó 7 años al
teatro es una experiencia poco…confortable. Pretender que estén sentados tanto
tiempo, o prestando atención, entretenidos…
Yo les diría a los
padres que el Teatro y el de Títeres en particular, es una de las Artes más antiguas
que existen y que ayuda a las personas a conocer mejor el mundo que les rodea.
Los niños y niñas, precisamente ahora, están muy acostumbrados a las pantallas
y no experimentan el placer de reconocerse en el cuento, en lo que le está sucediendo
a otro personaje y en cómo se está enfrentando a su situación. Por eso, ahora
más que antes, se sienten fascinados por la magia del Teatro, porque es un arte
vivo, poco habitual en su realidad y no lo conocen. Tengo la gran suerte de
llevar casi 25 años contando cuentos con títeres y veo como, en estos momentos,
los niños y niñas se sorprenden con el Teatro, más que antes si cabe. Así que
sí, ánimo a todos los papás y mamás que se acerquen con sus hijos, el Arte no
tiene edad.
Nosotros no podríamos estar más de acuerdo, y estamos seguros
de que disfrutarán en grande con el espectáculo de este sábado 29. Las artes
escénicas son una herramienta fascinante para la educación de los niños, para
su crecimiento personal y su desarrollo creativo.
Así que… os esperamos a todos: ¡hay una princesa en apuros!
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