Podríamos hacer una lista de propósitos para el nuevo año tan
grande como una calabaza grande y quedarnos tan panchos. Podríamos también
hacer una lista corta pero intensa de esos propósitos que tan bien pronuncian
las mises el día de su coronación, mientras hacen un pespunte al escenario con
sus tacones de aguja. O podríamos quedarnos
callados y esperar a lo que venga. Pues no, nada de eso, ni lo uno, ni lo otro,
ni lo de más allá. Porque nos gusta pedir como pajarillos recién nacidos y no
solo para nosotros sino hasta para el sursuncorda, faltaría más.
El caso es que nos hemos puesto a darle vueltas a la cosa y,
aparte de marearnos un poco y darnos la risa floja, no hemos sabido organizar
el pedido.
Veamos. La paz, la justicia, el orden mundial, el sísepuede,
la corrupción… ¿en el saco número uno?
Los derechos, los niños y niñas maltratados, los que no, el
IVA de la cultura (¡grrrr!)… en el saco número dos.
Quedan dos sacos aún. El medio ambiente, los desastres
naturales y los provocados por extraterrestres, la lotería de navidad… saco
número tres.
El último. Es muy grande, a ver cómo lo llenamos. ¡Ya lo sé!
¡Con vuestros propósitos! Empezad a mandar y lo vamos llenando, os advierto que
es grande, grande, así que pedid sin recato. Y en cuanto esté lleno lo facturamos
por la estafeta de las muchas ganas. Los otros tres sacos ya han salido, que
esos los tratan de otra forma, sin respeto alguno y tardan más.
Vamos poniendo, para ir ganando tiempo, algunos propósitos
que hemos encontrado por aquí:
1. Aprender
inglés, ir al gimnasio y los coleccionable por fascículos ya están dentro desde
el año pasado, o sea que eso no.
2. Que
el lobo no se coma más a Caperucita (lo dejó un niño y estaba debajo del piano
que nos regalaron).
3. Que
los bebés vengan al teatro con sus mamás y papás pero cuando no se asusten con
los decibelios que meten los altavoces, que luego sueñan feo los pobrecitos.
4. Que
la juventud divinotesoro vuelva al teatro, que todavía tenemos la amorescencia
del Automotive en el corazón.
5. Que los niños y niñas hagan menos deberes y
más teatro (esto es un anónimo de 3º B)
6. Que los adultos que vengan al teatro, en algún
momento durante la función, se giren y miren el otro espectáculo, las caras de
los niños y niñas sentados. Con todas las risas y las emociones generadas por
la actuación (eso lo dejó un abuelo atenazado por la ternura).
7. Que a los bajitos siempre se les asignen las
filas delanteras para no molestar a los altitos, que bastante tienen con mirar
el mundo desde arriba y enganchárseles el cuello cada dos por tres… ¡seis!
8. Que
cada persona que acuda al teatro salga un poco más feliz de lo que entró por
disfrutar del espectáculo o por encontrarse con otros ojos felices. Que sea un
virus de alegría contagioso y se convierta en un viral, como los de internet.
9. Que
haya un lleno masIVO y no más IVA en cada actuación y que a todo el mundo le
toque sentarse en la butaca de su color favorito.
10. Que se oiga el “jugar, jugar, jugar”
de los tres cerditos a todas horas y a teatro lleno.
11. Que riamos más, nos enfademos menos y
hagamos natación dos días a la semana.
12.
Y aquí ya
vienen los vuestros. Mandadnos los que queráis y en el próximo post lo
publicamos.